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Primer signo del zodíaco. Representa el nacimiento. Personas que lucharán sin vacilación contra las injusticias, sin avergonzarse de expresar sus opiniones. Van directamente al grano, sin vacilar un momento. Quieren algo y lo consiguen. A Aries el mundo le preocupa pero sólo en la medida en que se relaciona con él. Deducimos de esto que es egoísta o egocéntrico. No es así, Aries por ser el signo que representa el nacimiento, es como un bebé, y como a los bebés la inocencia los rodea por completo. Si en plena noche se le presenta una idea nueva y te llama a las cuatro de la mañana no se lo puedes tomar a mal, es simplemente que piensa que si él está despierto ¿porqué no lo vas a estar tú? pero en ningún momento se le pudo pasar por la cabeza que te pudiera molestar.

Son intrépidos, se pasarán la vida cayendo siempre para volver a levantarse y hacer un nuevo intento, por ésto, no suelen ser personas rencorosas o desconfiadas ya que siempre están dispuestas a probar otra vez.

Un Aries puede fantasear, pero con las mentiras se lleva mal. Nada hay en él de complicado o de oculto. Si con algo no está de acuerdo, chillará, le darán mil pataletas, formará un gran escándalo, pero nunca pensará en organizar ninguna estrategia rara para salirse con la suya.

La persona regida por Marte le mirará a uno directamente a los ojos, con desenfadada limpieza y con una fe bastante conmovedora.

Un Aries jamás mostrará su decepción, si puede evitarlo. Si alguna vez se le ve llorar sin recato, es seguro que, el dolor le ha llegado al alma.

Un Aries estará en los primeros lugares de la carrera que ha elegido, o dedicado a un negocio propio. En caso contrario, se le reconocerá fácilmente por el descontento que demuestra al verse forzado a someterse a otros.

De un Aries se puede esperar una actitud liberal, generosidad e iniciativa, pero no esperes sutileza, tacto ni humildad. También anda bastante escaso de paciencia. Es crítico pero también sabe reconocer el trabajo bien hecho.

Aunque la franqueza y una alentadora honradez configuran el sello distintivo del signo, no es un buen negocio hacerle un préstamo a un Aries. Claro que terminarán por pagar sus cuentas alegremente, pero es posible que cuando lo haga, el acreedor ya haya perdido las esperanzas.

Nunca será un cobarde moral, pero el dolor físico no es para él, es lo que se suele decir un “mal enfermo”. Y por supuesto, a los médicos; cuanto más lejos mejor. Hasta que se desplome de agotamiento o hasta que llegue a una edad en que alcance mayor sensatez. Normalmente no tomará ni una aspirina para el dolor de cabeza.

A causa de su optimismo, es raro que Aries sea víctima de enfermedades crónicas y duraderas, que según ha enseñado siempre la astrología se generan o se intensifican como consecuencia de la melancolía y del pesimismo.

Aries se aferra a la preciosa idea de que nadie más puede hacer nada con la eficiencia de ellos, y eso puede conducirlos a mil desastres. La gente que ha llegado a la cima gracias a un esfuerzo duro y paciente ve lógicamente con malos ojos la agresividad de un Aries que piensa que él, con mucha menos experiencia, sabe mucho más. Sólo después de muchos fracasos desalentadores aprende a ser modesto y humilde. Una vez que lo consigue, es capaz de llevar al éxito cualquier proyecto, agregando muchas ideas creativas y haciendo, de manera instintiva, las mejores jugadas.

Si se le da a elegir entre el dinero y la gloria, elegirá infaliblemente la gloria. Tiene tanto cariño por el dinero como cualquiera, pero aún quiere un poco más el elogio y la fama.
A la gente de este signo se le acusa de tener un carácter terrible, y lo tienen. Pero también tienen una total incapacidad para mantener su ira durante mucho rato y, una vez que ha pasado, sus agravios quedan totalmente olvidados. Es raro que los Aries se enfaden con las personas. Para Aries sólo hay dos colores, el blanco y el negro, los matices no existen para él. Y de esta forma ve la vida. Para él están los amigos y los enemigos, los detalles no son su punto fuerte.

La gente de Marte es incapaz de aceptar la derrota, ni siquiera de reconocerla. Disfrutan encontrando oposición porque eso representa un desafío. No se quedan esperando a que el éxito les llueva; lo persiguen con furiosa obstinación, y por eso son tan pocos los Aries que se encuentran en las listas de quienes disfrutan de un gran bienestar.

No les resulta difícil ganarse la simpatía popular. Disfruta haciendo favores, y cuanto mayor es el gesto caritativo, mejor, pero quiere que se le reconozca.

Es el que abre caminos, el que siempre lleva adelante a los otros hacia una meta imposible. Su fe es pura, sin asomo de hipocresía o codicia.